Quiero compartir parte del tema(Preguntas al Amor)
porque me pareció interesante su contenido y
muy real, es para refrescar nuestra conciencia y
pensamiento al AMOR.
TODOS DAMOS LO QUE LLEVAMOS DENTRO.
Aquí comienza la enfermedad de la pobreza:
basada en la creencia de que en la vida no hay
suficiente para todos.
Hay una vieja frase espiritual que dice, no pue-
des ayudar a otro antes que a ti mismo.
Muchas personas salen a dar agua a los otros,
dominados por la creencia de que no hay sufi-
ciente para todos. Dicen con buena intención,
pero motivados por el temor, administrar la
pbreza. Salen a dar sin que su cuenco este lleno,
y lo que dan está impregnado de lo que les falta.
Como no es suficiente para ellos, caen en la miopía
amorosa de elegir a quiénes dar su apoyo. Y así
construyen una barrera de separación y desamor
con quienes no les agradan, convirtiéndolos en
sus enemigos.
El amor es la fuerza que nos une a todos.
Esto no se trata de esforzamos, exigirnos
o cualquier otro disfraz de autoflagelación.
No. Se trata de utilizar las dos piernas que
nos dio la vida: el Amor y la Verdad.
Muchas personas mienten en nombre del
Amor, y otras castigan en nombre de la verdad.
En ambos casos falta caudal en el manantial.
En algunos planos espirituales el Amor y la
Verdad son lo mismo, pero aquí en la Tierra,
los humanos podemos utilizarlos por separado,
causado muchísimo daño. Por eso es necesario
caminar con las piernas: Amar la Verdad y
vivir la Verdad con Amor.
El amor es la fuerza que nos une. ¿Y la Verdad?
¿De qué verdad estoy hablando? De la Verdad
que sentís en tu corazón. Según tu propia
experiencia de la vida, no existe ninguna
otra Verdad que sea auténtica.
Cuando estamos frente a una situación que no
podemos Amar, ni tolerar, decimos que eso no
es amor, con tal de no admitir nuestra debilidad.
Deberíamos tener la humildad y la franqueza para
reconocer que nuestro manantial no está tan fuerte
como para vivir esa situación con Amor verdadero,
y aceptar que necesitamos fortalecernos hasta que
eso sea de otra manera.
«Por la mañana, al despertarte,
da gracias por la luz del día,
por tu vida y por tu fuerza.
Da gracias por los alimentos
Y la dicha de vivir.
Si no encuentras razón para dar gracias
busca la causa en ti mismo.»