«Pero no, no estoy solo porque el Padre está conmigo»
Juan 10, 32
Tu soledad es el lugar donde se dan cita contigo Dios
y los otros.
Mientras no aprendas a vivir tu soledad y a respetar
la de los otros, no estás maduro para el encuentro.
La amistad de y la comunión más íntima siempre dejan
un rincón de soledad, donde sólo tú puedes entrar
para estar conmigo.
El amor es el único puente que junta las orillas de dos
soledades, sin destruirlas.
Mientras huyas de tu soledad serás un extraño para ti
mismo, y vivirás solitario porque los otros nunca te
encontrarán en tu casa.
No corras detrás de los otros para huir de tu soledad,
porque los espantarás, huirán y te quedarás solitario.
Cuando hayas tenido el coraje de entrar al templo de
tu soledad, nunca más te sentirás solitario te encon-
trarás con Dios.
No dejas de estar solitario por estar con otros. Las
nueces en la bolsa se golpean sus cáscaras pero no
se muestran el interior.
Pensar y Vivir en Libertad de
René Juan Trossero