Desde nuestra juventud tenemos a nuestro lado a un hada
hechicera que promete acompañarnos a través de las
vicisitudes de la vida, y, constantemente alerta, nos cubre
con su protección generosa. No es un hada de leyenda; existe
y se desenvuelve, siempre hermosa, siempre joven.
Aunque invisible, nos deja ver sus simpáticas virtudes y sus
encantos infinitos. Ella abarca todas las aspiraciones de nuestra
vida; en su personalidad expresiva se ocultan todas las fuentes
de nuestros deseos, de nuestra felicidad o de nuestra desgracia.
Fortuna, gloria, distinciones, salud… todo lo posee y todo lo
ofrece a quien por ella se deja guiar.
¡Hada divina, compañera de la humanidad desde sus más remotos
orígenes; infatigable en tu generosidad, de voluntad infinita,
omnipotente en tu omnipotencia, te llamas VOLUNTAD!
Practicad su culto con sinceridad y fielmente… y ella os dará el
dominio de las múltiples razones para alcanzar vuestra dicha.
Llegará un momento en que el fin dominante de la pedagogía será
lograr la independencia y el desenvolvimiento de la voluntad.
Entonces dará principio el reinado de la FELICIDAD.
J. Finot.