Al arcángel Rafael se lo reconoce como el
«ángel de curación» ya que su misión prin-
cipal es sanar a la tierra y a los hombres.
Por tal motivo, lo invocamos ante alguna
enfermedad o simplemente para solicitar-
le que nos mantenga sanos. En el libro de
Enoc se describe que a él se le encargó la
importante tarea de castigar a los ángeles
rebeldes y sanar a la Tierra de todas las
terribles acciones demoníacas que se le
pudieran desarrollar.
Cada vez que invocamos a san Rafael para
que nos cure, debemos visualizar el órgano
a la lesión que nos está haciendo sufrir.
De esta manera el ángel dirigirá sus poderes
de forma puntual para que prontamente nos
sanemos. Recordemos que los ángeles no sólo
nos curan cuestiones físicas, también podemos
convocarnos por «heridas» espirituales.
En resumen, al arcángel Rafael le solicitamos:
salud (física y emocional), curación (psicofísica),
visión de las enseñanzas que nos deja una enfer-
medad y armonía interior.