No tengas miedo de cometer algunos fallos.
Sólo podrás vanagloriarte – si es que consi-
gues no tenerlos-, de no haber caído en ellos.
Pero no podrás decir que has aprendido algo
nuevo, ni que te has preparado para quehace-
res más difíciles.
Cuando estas aburrido, crees que lo estás por-
que te cansas de lo que te rodea, o de lo que
te rodean.
Pero en realidad tu cansancio tiene otra raíces
más profundas.
Estás aburrido o estás cansado, porque tu ca-
beza y tu corazón están vacío de compromiso
personal.
Da por supuesto y seguro que vas a cometer
algún error si emprendes alguna acción,espe-
cialmente si es nueva.
No te espante esta amenaza ; los que pronto se
espantan, nunca hacen nada.
_Si puedo convencerme a mi mismo de que he
hecho lo que podía, me quedo en paz y satisfecho_
decías un día.
Bien dicho, porque la buena conciencia, es nuestro
mejor premio.
Debemos dar de cundo en cuando, algún descanso
a la cabeza, para que no la ocupe constantemente el
pensamiento.
El constante pensar hace el efecto de una lima que
va gastando nuestras reservas mentales.
Selecciona «un» pensamiento y clarifíca en tu men-
te.
No dejes que se te olvide enseguida, o huya; ni que
sea sustituido por otros pensamientos confusos que
pugnan por atraer también tu atención.
Para saber hablar, has de empezar por saber pensar.
Y, sobre todo, empezar por sentir y vibrar dentro de ti.
Sólo así; serás tú quien hables y pienses.
No los demás , usando tu boca y tu mente.
Algo muy olvidado:
Acostumbrarse a contemplar siempre la realidad en
varias alternativas posibles.
Y luego de distinguirlas claramente , decidirse sola-
mente por una de ellas.
Es muy corriente que los que son capaces de dar un
buen consejo a otros y ofrecer soluciones a los pro-
blemas de los demás, no sepan acertar en los propios.
Continuara: