Pecados capitales

De los siete pecados capitales, la ira quizá sea
el más divertido. Restañar las heridas, runiar
los viejos agravios y las posibles afrentas futu-
ras, regodearnos con el dolor sentido y con el
que devolvemos en represalias. . . , todos estos,
por muchos motivos, son placeres dignos de reyes.
Lo malo es que eso que con tanta delectación
engullimos es nuestro propio ser, y nosotros  mis-
mos seremos los despojos del festín.

-Frederik Buechner

Despiertas

Despiertas por la manaña, y… óoh sorpresa!,
Tus arcas estan colmadas con veínticuatro
horas para construir el intocado tejido de tu
universo vital. Te pertenecen. Es lo más
valioso de cuanto posees. Nadie puede despo-
jarte de ella; y nadie obtiene ni más ni menos
horas que tú.

-Arnold Bennet